Desde tu partida, cada noche, recordarte se ha vuelto un desafío, cada noche es
más complicado capturar tu rostro en mi mente. Cada día se ha vuelto más gris
sin tu presencia, como una flor del verano a punto de exhalar su último aliento
te espero en vano.
Estas últimas noches me enseñaron que tú provocas mis insomnios, este miedo tan
grande de soñarte y despertar extrañándote más cada mañana, cuando tu imagen se
desvanece junto con mis sueños. El irrevocable pesar que me acompaña al encontrarme sola conmigo misma cada vez
que las voces que me rodean callan y se hacen mas fuertes las de mi interior,
cuando arropa la noche y me inunda tu silencio.
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